La selva amazónica brasileña tiene sus días bien contados y desaparecerá por completo en el año 2080 si se mantiene el ritmo de destrucción actual.
Según el coordinador de Pesquisas en Ecología del Instituto Nacional de Pesquisas de la Amazonía (INPA), Philip Martin Fearnside, este es el escenario previsible tomando en cuenta la actual tasa de deforestación e incendios en ese territorio del norte de Brasil.
Brasil es uno de los países que más tiene que perder con el calentamiento global y por eso debe asumir un liderazgo internacional en el combate a la deforestación.
Para reducir en 60 por ciento la emisión de gases, Brasil necesitaría entre 1.000 y 5.000 millones de dólares por año y para llevar a cero las emisiones asociadas a la deforestación harían falta de 3.000 a 8.000 millones de dólares, según el investigador.
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